Orígenes de las Hermanas de los Pobres, Siervas del Sagrado Corazón

Nuestro Instituto de Hermanas de los Pobres, Siervas del Sagrado Corazón, fue fundado por el Siervo de Dios José Ma. Cázares y Martínez, II Obispo de Zamora, el día 4 de octubre de 1884 en la ciudad de Zamora, Michoacán, con 12 jovencitas provenientes de Sahuayo: María del Refugio Villa Señor, Emilia Zepeda, Ma. de los Dolores Gurierrez, Ma. de Jesús López, Dolores y Jacoba Del Río, Concepción y Ma. Guadalupe Arreguí, Ignacia Osio, Rosario Zepeda, María Álvarez y Petra Sánchez; en la época del pontificado de León XIII y de la presidencia de la República Mexicana de don Porfirio Díaz.  Fue aprobado definitivamente por el Papa Pío XI en 1931.

El Obispo Cázares nació en La Piedad, Mich., el 20 de Noviembre de 1832. Hijo de padres cristianos don Ignacio Cázares y doña Ignacia Martínez; estudió las primeras letras en su pueblo natal, continuó sus estudios en Zamora; en el Seminario de Morelia estudió su carrera de Leyes que concluyó en México en el Colegio jesuita de Sn. Ildefonso; en 1860 doctoró en Derecho Canónico por la Pontificia y Nacional Universidad de México. En el desempeño de su oficio como abogado y Juez se distinguió por su notable rectitud, su amor a la justicia y por la defensa de los derechos de los pobres. Fue ordenado sacerdote en 1869 y en 1878 consagrado Obispo de la Diócesis de Zamora a la que dedicó sin desmayo su vida y facultades en procurar la salvación de las almas y el bien de la Iglesia.

El Instituto recuerda también con particular cariño el aporte benéfico a nuestro Instituto del Sr. J. Jesús Fernández, Obispo coadjutor del Sr. Cázares, quien afianzó la Congregación dándole Constituciones, nombrando el gobierno y estableciendo el noviciado.

Como el Buen Pastor conoce a sus ovejas, así el Obispo Cázares conoció a sus ovejas y las necesidades de su basta Diócesis a través de sus largas y fatigosas expediciones pastorales emprendidas año con año en su Obispado, con un grupo de sacerdotes y diáconos.

Sintiendo hondamente en su corazón la situación de la mujer sobre todo de la región de las costas, mirando un pueblo falto de instrucción cristiana y de letras, una región indígena con un enorme atraso, pensó el Obispo en fundar a las Hermanas de los Pobres.

El Obispo buscó en este grupo de mujeres sencillas, quienes se apiadaran femeninamente del pueblo, sobre todo de los pobres, y lo vincularan a la vida llevándole el pan de la religión y los rudimentos de las letras, para que pudiera vivir en su dignidad de hijo de Dios; de allí su carisma: Caridad hecha servicio a todos, especialmente a los pobres y su misión: Vivir y hacer presente el amor de Dios.

El nombre de Hermanas de los Pobres nos lo dio el pueblo, el de Siervas del Sagrado Corazón se imponía, porque el Corazón de Jesús es la inspiración de toda nuestra vida y misión. Los lemas que nos han sido legados son el compendio de lo que fue la vida del Obispo Cázares: Todo por Dios y En todo Caridad.

La Congregación celebra con especial solemnidad la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, en ella renovamos nuestros votos perpetuos. Honramos a la Santísima Virgen particularmente en el misterio de su Inmaculada Concepción y como mexicanas que somos en la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe. Veneramos la memoria de nuestros Santos Patronos: Sn. José modelo de oración y trabajo y San Vicente de Paúl, hombre de ardiente caridad que dedicó su vida al servicio de los pobres.

Cada año, en la fecha más próxima a la fiesta de la Asunción de la Virgen María se celebran la profesión temporal y perpetua de las nuevas hermanas que vienen a compartir en fraternidad el carisma y misión de las Hermanas de los Pobres Siervas del Sagrado Corazón, recibido en la Iglesia y para la Iglesia. Actualmente estamos presentes en Roma, atendiendo el Seminario Mexicano; en Africa, dos misiones en el Chad; en Perú, es varias casas de misión; y en México, colaboramos en la Pastoral Educativa, de la Salud; en Catequesis, Cáritas; en los Seminarios.

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